domingo, 3 de febrero de 2019
PIEL / CÓNCAVO SILENCIO / ROSAS Y VIDA / CUERPO DE TIERRA / MUNDO DE MÁRMOL
PIEL
Nuestras extremidades comienzan
por escamas endurecidas
que acomodan su ausencia
en la piel que nos recubre.
Piel sin engranajes, sin costuras
que se adapta minuciosa
a nuestro cuerpo,
oscureciéndose por el astro
que nos salva de la oscura
intemperie del ocaso.
Una piel que deja al raso
las entrañas, si es rasgada
por filos culpables de la herida.
Y llora a lágrimas de sangre
para defender su unidad, aún las costuras.
Una membrana que nos roza en el abrazo
y se acomoda a la ternura de los otros
si sensibles.
Del libro Aprehenderse
CÓNCAVO SILENCIO
(Auschwitz- Birkenau, abril 2014)
Auschwitz no es historia,
era premonición.
Antonio Orihuela
El grito cóncavo del horror en los ojos
se clava
en la cara de los que silenciaron vuestras muertes,
en las manos que ahogaron vuestras vidas,
en la mente de los que prefieren ignorar vuestra ausencia,
en la espalda de quienes, todavía, os buscan,
en el alma de aquellos que no olvidan.
El dolor cóncavo de vuestros cuerpos
nos envuelve macerando
nuestra piel hasta llegar a la inconsistencia
de estas cenizas de las que somos cómplices.
En la hiel de los que os despidieron
se agarra el horror ante la noche
en la que los sonidos expulsan ecos
que mueren a la muerte misma.
Del libro Biácora del silencio
ROSAS Y VIDA
Las rosas de verdad no son perfectas:
algún pétalo se marchita en sus límites,
algún insecto en su corazón se preña.
Las descubres al nacer y
crees que son eternas:
huelen a belleza.
Pero son rosas del jardín
y no son perfectas:
son como la vida.
Del libro Tierra con nosotros
CUERPO DE TIERRA
Los nudos de la madera
se han acumulado en una edad indefinida
y no recuerdo cuando fui bosque
frondoso y verde:
cuerpo de tierra mojada.
El gélido viento nocturno
altera libremente las dunas
del pecho y la memoria.
El ardiente sol del mediodía
agota todo intento de oxigenar
lo que fue posible cultivo
reflejando un espejismo
de vida futura programada,
en este presente:
cuerpo de abrasadora arena,
pasado de tierra mojada.
Del libro Ternura incandescente
MUNDO DE MÁRMOL
Los ojos de la muerte nos dan a desgana
los buenos días.
Pululan entre nosotros, seres de alabastro
que creen estar vivos.
Nos miran, nos hablan, nos abrazan
fingiendo amor.
Nos llevan cada día un poco más cerca
de la rabia y del dolor.
Hacen despertar en nuestras entrañas
el odio y la amargura.
Se comportan como seres humanos
de frío metal y dañan.
Si los observamos, reconocemos a unos cuantos,
a unos cuantos más cada día.
Y seguimos viviendo en la esperanza de
encontrar nuevos seres como nosotros,
hombres de alegría y caricias.
Y continuamos esperando y engañándonos
diciendo que la vida nos juega
malas pasadas.
Sólo al final, veremos, decidiremos
que nosotros éramos los imbéciles
en este infierno. Anhelantes
de vivir como ángeles en un mundo
de muerte, un mundo de mármol.
Del libro Tríptico de mármol
Montse Villar -Orense-
Publicado en Luz Cultural
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