Entre aromas de libros
con descuido de las demás existencias
me llamaba un título, que hasta ahora desconocía
una idea, un pensamiento, soplos...
Pronto pude comprender
la lección aprendida
a veces, solo a veces, la vida
no es historia, es añoranza, ¡Ver!.
Huyendo de aquella librería
el aire de la calle y ahí, la magia de tu esencia
rayos de luz son tus ojos color miel.
Te pienso, te imagino, estando junto a mí
un título cualquier, añoranzas, nada soy sin ti
en una librería olvidada te llamé ¡Amada!
Francisco Javier Díaz Aguilera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario