No sé, tal vez alcance llegar en la última aurora.
Si posiblemente llego, me veré con todo mi ser plisado,
Con mi dentadura escasa y chimuelo del corazón.
Las arrugas serán el reflejo de todo lo que reí y carcajeé.
Lo curtido de mi piel, hablará de lo mucho que lloré.
Cuando allá por esos tiempos, quizás y tal vez,
No es seguro que alcance mi vejez.
Solo dejó huella lo de hoy, que te amé.
Y después, ya de viejo, estarás guardada dentro de mí.
En mi pensamiento y corazón.
Allá, tal vez, en mi vejez.
Misael García Consuegra
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