jueves, 3 de enero de 2019
YO BEBÍ DE TU SENO, MADRE
Yo bebí de tu seno, madre.
Inquebrantable la vida que me diste,
sirena del tiempo y de la lluvia,
meses de otoño azules.
Yo bebí de tu sangre,
noviembre despertaba
en las hojas de los árboles,
despeinaba la aurora
con dolores de brisa en la mañana.
Yo bebí cuando apenas tenía la leche
amamantada en mis labios,
yacía mi cuerpo esperando tus manos,
acariciaba tu voz en mi sueño,
sueño que forjaba sirenas,
amor que me dabas sin quererlo.
Yo bebí de tu fuerza,
tu sombra se quedaba en mi espalda,
regazo en la sombra de los miedos,
delito de ser esclava.
Cuando ahora miro tus canas manchadas
de vida,
imagino llegar a tu figura,
imagino querer ser tu alondra,
que en la vejez aguarda,
agradecida miel que el panal derrama
a tus manos los pétalos
que guardo en mi cama.
Madre, puede que no sea la flor
que esperabas tejer
enhebrando la duermevela,
te lo diré cobardemente,
cuando apenas queden tus restos
sobre la fría piedra del cementerio.
Entonces moriré dejando el vaso vacío
de tu seno sobre la mesa.
ISABEL REZMO -Úbeda-
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