De alabastro se viste el cielo
viendo a tus ojos de zafiro,
cuando mi redoma en mi suelo
se ciñe de ti, a mi respiro,
tus cántaros de claros tonos
llevan al cielo el sentimiento,
sin dar mal son ni desentonos,
al arpegio en tu bello canto,
es apacible al sufrimiento
por ser gran parte de tu encanto,
el grácil son de tus timbales
hoy llena el ritmo a mis afines
para borrar a los vanales
que trae el viento y trae el río,
y el bello son de tus clarines,
dando la paz y dando el brío
al corazón de mis confines.
Jose Manuel Quintero Rojas
No hay comentarios:
Publicar un comentario