Y llegó
Sin equipaje,
Preñado, de madrugadas
de palabras.
De besos apasionados,
en silencios, de seducción,
entre sábanas,
llenas de perfume,
cubiertas con nuestro amor.
Llego
Sin equipaje,
preñado de madrugadas
despertando nuestros deseos.
Tu cuerpo
y el mío.
Húmedos los dos.
Santiaga Tauste
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