domingo, 2 de diciembre de 2018

ME ROBARON MIS PALABRAS


Me sentía generosamente rico hasta hace muy pocos días, pues cuando quería escribir, las palabras me atropellaban por montones para que entre miles de ellas yo tomara unas pocas, y ordenándolas, pudiera escribir, por ejemplo, "te quiero", y con una más, me atreviera a contradecir a mi corazón diciéndole a ella..., "no te quiero".
Pero alguien robó mis palabras en los últimos días, y no he podido encontrar las que requiero para decirle a mi gran César que lo adoro, para decirle a mi pequeño nieto que es mi vida entera, para pedir a mis hijos que no desconfíen de mí, para decirle a mi compañera de siempre que no se abstenga de ser mi compañera por infidelidades pasadas irrepetibles, para rezar por mis tristezas, para confesar que rezar por mis tristezas no ha servido para nada, para gritarle silenciosamente a los desaparecidos queridos que vuelvan, para maldecir a quienes pretenden tener la única verdad, para decirle la verdad a tantos prepotentes que nunca hablan con la verdad propia que nunca han tenido, para escribir..., "soy feliz", como nunca lo había sido.
Solo he podido encontrar entre las miles de palabras que guardaba y que me han robado, dos solitarias y hermosas palabras, y me las gasto ahora, en el orden que sea, antes de que éstas también desaparezcan: "FELIZ NAVIDAD", "NAVIDAD FELIZ".

Jorge Alberto Velásquez Peláez

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