Fue recibido
por una dulce mujer,
que le hizo remecer,
totalmente controlado
se dejó guiar
desvistiéndose lentamente,
para poderse saciar
uno al otro completamente.
su cuerpo palpando,
con pasión rozándose
su temperatura elevándose,
su intimidad profunda besando,
acompañada con movimientos
suaves y placenteros,
que daban paso a los gemidos,
de placer embriagados,
cada gota que fluía bebiéndose,
sin hablar comprendiéndose,
en cada nueva posición
con más placer penetraba,
ella a su hombre aferraba,
era amor, deseo y pasión,
que controlaba sus sentidos,
para terminar complacidos.
Victoria Baltazar -Perú-
No hay comentarios:
Publicar un comentario