No me dejes aquí,
en esta noche larga,
que ha llenado mis ojos
de oscuridad, de frío, de intemperie.
No me dejes aquí, en esta sombra,
porque mi frente desconoce
los vastos territorios
de la desolación,
en los que sólo intuyo
penas, naufragios y agonías.
No me dejes en esta
aterradora soledad, en esta
brumosa encrucijada de caminos
que son, en realidad, seguras
incursiones en la desesperanza.
Si tú no estás conmigo, si decides
al fin abandonarme,
el horizonte de mi vida
tiene sólo un espacio: la tristeza
Mariano Estrada
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