SARGÓN, EL EGIPCIO QUE PASÓ DE JARDINERO A REY

La inderogable forma de la efigie,
corrobora la ausencia de unos ojos;
ese Sargón astuto que pasó
de jardinero a Rey por el camino más corto.

El perfil se demora, minucioso,
en pulcritud de líneas y se esfinge;
en un jardinero con corona,
un éxtasis de Rey sin cetro.

Un Rey sin sangre azul
pero con belicosa astucia;
que se aprende en las cuadras y en los jardines..
sin pasar por las academias y las universidades.

De esa forma perdurará la proclamación
del Rey jardinero, Sargón: la presencia memorable;
fue el clásico Rey egipcio, memorable y temido
por muchos, querido y respetado por pocos.

Sé de tan regia efigie, que no cesa
de reducir el tiempo a sólo un hito;
pero quedó consagrado en la historia,
desde la noche de los tiempos.

¿Habrá intuido el Rey que tantos siglos
apenas son un ápice en la inmensa
clepsidra original y que hoy día
ya no queda casi nada de aquel gran Egipto....?

RAFAEL CHACÓN MARTEL