Feliz cumpleaños preciosa.
en esa boca que te adivina
y me estremezco en el pecado
que mi tiempo lleva esperando
sin saber si ha llegado el día,
sin creer que esté pasando.
Voy cediendo a ese momento
en que un beso ya no es un beso
cuando éste se está mezclando
en el calor de los enamorados
que se va incendiando en el deseo
e incluso ese fuego se está asustando.
Libo de unos labios inquietos
dejando señales en el sendero
para que los sigan mis dedos
hasta llegar a lo más alto
donde soy creyente y soy pagano
y no puedo creer en lo que creo
y voy viviendo mientras muero
y muero atado entre tus manos.
Para poder mirarte a los ojos
sin saber si estoy loco
cuando siento temblar mis brazos
que sostienen desesperados
lo que queda de mis despojos
después de haberte enamorado.
Luis Maria Saiz Laso
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