jueves, 1 de noviembre de 2018

LA MONTAÑA


Soy el aire húmedo que te baña,
mano, de una caricia vagabunda;
lujuria que el deseo secunda;
ansia profunda, que tu ser extraña.

¡Aura de paz al soplar la montaña!
Un aire limpio que tu cima inunda
y de gozo toda dicha fecunda
con la pasión que, fiel, lo acompaña:

¿Quién se posa sobre tu piel desnuda?,
…quién sino yo ignora la ausencia
de tu figura sobre mi cama muda.

Giro la almohada, sin tu presencia,
por evitar el calor de la duda
y sentirte al lado en mi demencia.

Paco Aguilar i Espada

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