Una historia que no se extraña
es llanto de un tiempo sin alma
se disipa alguna esperanza fiel
detrás del recuerdo de una piel.
Aunque nada cambie te escribo
ya sé que es tarde para decirlo
por todo aquello que sentimos
por todo aquello que perdimos.
Mi loca voluntad desafía la razón
y no concibe despertar sin tu voz
impaciente de la sed de tu pasión
invades el sentir de cada emoción.
El tiempo juntos fue tan de prisa
y tantas promesas y despedidas
marcaron la historia de nosotros
como hojas que caen del otoño.
Aunque nada cambie el destino
así mi llamado te suene a peligro
y sea mi pecado buscarte ahora
lo reclamo mío, el beso de tu boca.
J. Fabrisio Arrieta G. -Perú-
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