Amenaza lo armónico del amor
ese ejercicio estridente de la luz
en el vértigo infiel de las palabras.
La esperanza no es de los muertos
tampoco el miedo
y sin embargo los siento temblar
los oigo retorcerse en su semilla
castrada bajo el fuego.
Los oigo memoriosos agonizar hasta el fin.
Roja es la pérdida y terrible el sol.
Ese jadeo de la luz hundiendo
una espiral de cruces.
Doblegados sobre un viento marchito
Intocables
añadidos y sin remedio.
Un puñado de muertos nos miran la soledad.
ODALYS INTERIAN -Cuba-
Compartido por Carmen Virginia Rodriguez Caldera
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