miércoles, 31 de octubre de 2018

SILVIA PLATH


¡Oh, amigo mío!, ¿hoy causo horror?
Y necesito un gran sótano, humedad y podredumbre,
aquello rebasando las fuentes poéticas.
¡Miento, miento, miento! ¡Amigo, sigue soñando, mientras
Hablo!
Ese mundo que viví y que vives, donde no enseñan a amar,
sino a hacer impacto en la ventaja.
La soledad, si te acompaña, has de acariciar.
Comprenderás que si unos ojos te miran, serán hielo,
y el brillo de la piel, herrumbre.
Pero no me perdono, y sigo siendo la mentirosa Patológica,
inventora de una fingida hija, que sigue ahí,
con el rostro unido al suelo, y llora, porque vos tiraste su gatico,
desde la azotea del edificio de cien pisos.
Pero una gracia no se niega a los muertos:
La Poesía, ese astro velado de tristeza, ¡ponlo en mi cabeza!

Del Libro En las cartas que leía la Bruja de Omílcar Cruz Restrepo

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