NUESTRO ENCUENTRO

En la infinita y crepuscular dimensión del tiempo, aguardo enamorada tu llegada,
en la latitud del sublime pensamiento,
me abruma la “embrujosa” estela de tu esfinge,
y en el solaz de la voz inefable de los mirlos,
me avasalla el mensaje misterioso,
que se torna en el suave melifluo de tu alma y en el fulgido escollo de mi río.

Mi jardín resplandece en la alborada,
y los cielos infinitos nos aguardan,
en la luminiscencia fervorosa de un arrebol,
que desgranan tu esencia y la mía,
en la sublime añoranza de un encuentro.

Y en el inefable versar de los poetas,
se dibuja la fusión de nuestra entrega,
se restringen soledades y olvido,
y reverbera nuestro amor,
con celestiales notas de rocío,
en la inmarcesible romanza de tu alma y la mía.

Hortencia Aguilar Herrera -México-