EL SOL SALE POR EL ESTE
Aquella mañana, el optimista se levantó sin su pie izquierdo, como era habitual.
LA MÚSICA
Sucedió bajo tierra, en las entrañas de Madrid. Él tocaba el violín y ella, la pandereta. Eran casi unos ancianos. Él tenía los dientes demasiado grandes y ella, una verruga en el labio superior, pero sonreían mucho. Tocaban todo el tiempo sonriendo, con entusiasmo, como si fuera la primera vez o como si acabaran de reencontrarse, aunque probablemente repetían la misma canción todos los días. Cuando terminaron, mientras esperaban a que se abriesen las puertas para bajar, ella tarareaba.
ELENA ARRIBAS DELGADO (España, Valladolid / Madrid)
Publicado en Antología de cuentos iberoamericanos en vuelo
Los libros de las gaviotas
No hay comentarios:
Publicar un comentario