martes, 4 de septiembre de 2018
DESCORRO MI MEMORIA
Los últimos sueños volaron lejos de mí…
Con ojos que el tiempo ha vaciado
y el rostro de un día que las pesadillas
llenaror de agujeros…
En la noche que desmenuza los astros.
En la noche de hemorragias y rostros de burdel.
Un caso difícil:
Cuestionarios que nadie resuelve
con vapores en los párrafos.
Archivos innominiosos.
Callejuelas trasnochadas.
Gritos.
Policía.
Manchas de sangre seca.
Gente con pupilas inertes.
Unos ojos que se azogan.
Un cuerpo en una esquina con sueños
envasados al vacío.
Sollozos de almas errantes…
Yo, ebria de tanto dolor
sosteniendo la soledad del
muro del oeste.
Vasos donde bebí la vida
y ahora no quiero beber la muerte,
aunque mi mejilla la tenga
tan junto a la suya,
y me esté apretando fuerte.
Junto a la ventana alguien se llueve
con llanto de nubes.
Otros vienen persiguiendo
los vientos de la quimera.
Alguien se acerca por el camino
de las tinieblas
y se bebe el llanto como un pañuelo negro.
Y a mi me duele como una llaga.
Como muerto.
¡Huele a infierno!
Y todo esto mientras las agujas del reloj
caminan lentas, encorvadas,
por las interminables horas
del delirio de esa noche.
¡Un ardiente relincho de muerte
me empodera!
Un rayo que atraviesa los rayos del olvido
rescata el hechizo de las palabras;
Dignidad y Libre.
y, estas palabras levantan los cielos.
CARMELA LINARES
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