lunes, 3 de septiembre de 2018
AMAZONA DEL AMOR
Desde un rincón del alma
mis pertrechos han luchado,
por devolverme la calma
y el solaz de mi alegría.
He pernoctado en un sueño,
fastuoso y maravilloso,
de la salud consabida,
en el enfermo y su vida.
Apacible en mis andares,
he abordado mi carruaje
al confín del universo, ataviada con la espada
del amor,
de la fe y la esperanza,
de la salva y la guarda en lontananza.
Corceles blancos y briosos
me dirigen a lo eterno,
al oráculo del tiempo,
y al místico sendero
de la oración portentosa,
en mi lucha emprendida.
En la visión de la riada,
mi misión es la fontana
del castillo de mi mente,
en el evidente axioma,
de una cura permanente.
Y a través del fractal del misterio conspirante,
la excelsa y divina luz,
ilumina mi ambrosía,
desde la boreal profusa,
cognoscible,
del creador de nuestra vida.
Desde la aurora del tiempo
hasta el sol crepuscular,
como amazona del viento,
misión de luchar, ostento.
Hortencia Aguilar Herrera -México-
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