¡ODA A LA MUJER!
¡Eres el bálsamo de corola tan luminosa!,
sublime y lúcida esplendidez majestuosa,
grandeza en su alma que fluye poderosa.
Matizada de bondad y llena de elegancia,
iluminadísima de delicadeza y prestancia.
¡Maravillada de resplandor en el corazón!,
sus luces de ensueños son de inspiración,
sus enseñanzas pintadas con iluminación.
¡Loa a la mujer!, de excelencia muy noble,
ensalzada por Dios, tan diáfana- confiable.
¡Irradiada de lindura y gran honorabilidad!,
con luces, aflora la llaneza con naturalidad,
la nobleza de su ser, imbuida de afabilidad.
Brota desde la Atmósfera Azul de dulzura,
matizada de efusión, ¡brillante de ternura!
Tan maravillosa como rosa deslumbrante,
rociada de dulzor y encanto- esplendente,
alegoría de altivez de luz resplandeciente.
Es motivante de suspiro de plena pureza,
integrada de gracia con lumínica- belleza.
Julio César Portella Medina -Perú-
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