Mi tiempo duerme y despierta
en pensamientos.
Pensamientos que duelen, hieren,
flagelan.
Pensamientos que sufren, matan,
condenan.
Que hunden, profundizan.
Sin pena, sin tregua.
Mi tiempo eres vos.
Me ahoga tu nombre.
No puedo negarlo. Lo admito.
¡Te amo!
Me duele el silencio
que paraliza mis manos.
Me duele el alma cuando te llamo.
Me duele mirarte con sabor
a distancia.
Me duele la lluvia que sabe
de tus nostalgias.
Tus secretos más íntimos
que ocultan tus lágrimas.
Me duelen mis sueños
que sueñan mis pensamientos.
Me duele este amor
que no quiero sentir y siento.
Me duele pensar en vos.
Pero de amarte.
¡No me arrepiento!
Eduardo N. Romero -Argentina-
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