lunes, 27 de agosto de 2018
LABIOS DEL AVERNO
¡Oh, labios hermosos!
Tan rojos y sangrantes.
¡Oh, labios dolientes
hermosos!
Labios abiertos de par
en par.
¡Oh, labios combatientes!
Que luchan de lado a lado
tan llenos de relámpagos
amantes.
Labios que también brillan
a lo lejos
que también pueden ser
espadas.
¡Escúchenme labios creyentes!
Del hada invisible de los amantes
del labio invisible de los hirientes
que día a día aman.
Labios que nacen entre las alas
de un espíritu bello y viviente
espíritu eterno de los que se
pertenecen.
Que daría yo por tener en mis labios
su poderío, su infierno divino, brotar
entre tus amaneceres y ver sentir
tus estrellas en levantamiento
refulgente.
Labios tuyos que hoy tengo.
Labios tuyos que luego
no tengo en mis manos
en mis ojos, en mi boca.
Labios de eternidad fugitiva
eternidad eterna,
momento de embeleso,
momento de aire limpio
y roce
y de carne y de maremotos vastos.
(Eh, en ti inundarme)
¡Oh, labios quemantes!
¡Oh, labios del averno!
Rocíenme con su polvo
eterno y complaciente.
¡Oh, labios, me gustan
por su divino vino apreciable
por su don de inicio, de
universo y de final posible
¡Oh, labios de femenino encanto!
Por sus barcos y sus mareas
por sus aves ahí reunidas
aves que hacen su nido y su vuelo.
¡Escúchenme, oh labios!
Hermosos, latientes:
Adoro el agua de su estancia,
los suspiros de sus alientos
lo santificado que son a veces
el demonio y lo prohibido.
¡Oh, labios, adoro sus roces!
¡Oh, labios!..
¡Bellos! ¡Energéticos!
Saul Ponzio Ibieta -México-
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