domingo, 26 de agosto de 2018
CON ESTOS PIES QUE SIEMPRE ME TRASLADARON
Con estos dos pies, que no sé si fue mi error
o, mi acierto de nacimiento, pesados bajo
la implacable rueda del zodíaco,
pues a veces como ahora me ayudaron
a volar, aunque sea en teleférico...
Aunque volé y mucho, pero con unas alas prestadas..
de otros pájaros, ya sean de avión o teleférico,
-y no son dos parásitos-
apenas si dos pies, anfibios, enigmáticos,
como dos serafines mutilados por ser arrastrados....
Estos pies que me llevaron por el tortuoso mundo,
pies que cruzaron fronteras sobre brasas,
sobre cuchillos, sobre espinos enconados;
pues por desgracia, fue mucho lo que anduvieron descalzos.
Pies dueños de la tierra, de la mar y del cielo,
pies de horizontes que huyen, del sol y al roce del guijarro,
a buscar ese reino prometido... que tanto cambia
de lugar y se esconde debajo de la hierba.
Aquí estoy en esta esquina de la tierra,
con el corazón en el pecho y el mundo por montera;
después de tantos viajes cruzando las mismas fronteras,
¡condición prodigiosa y miserable!.
He caído en la trampa en la trampa de estos pies,
como un rehén del infierno que se interroga así mismo;
que no entiende el porqué, teniéndolos a ellos,
para volar necesito alas y para nadar aletas....
¿Y adonde vas, paisano, legendario, increíble,
sobre tus fugitivos pies, bajo el diluvio?
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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