jueves, 5 de julio de 2018

SIN AIRE


Amo, a un amor que me ignora
y en su desdén me lastima,
paso al paso de las horas
en que la sigo de puntillas,
para que no duerma sola
sacrifico mi vigilia
y hago guardia a las sombras
para velar esas mejillas
que reclaman de mi boca
y mi boca solicita.

Anhelo esos labios rosas
que a las otras rosas marchita
y fuerzan al sol que se esconda
despertando todas las envidias
que dan color a mis estrofas
ahogado en el fruto de las viñas.

Y vivo borracho de prosas
y ausente de poesía
cuando sus labios no me tocan,
cuando su boca no suspira
y entre sus piernas explotan
todas mis insinuantes rimas
tornándola en canto de loca,
transformándola en un mar de caricias
hasta tocar donde no la tocan
los aires que hoy la habitan,
porque soy el aire que la transtorna
cada vez que me respira.

Luis Maria Saiz Laso

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