miércoles, 25 de julio de 2018
PARA DEGUSTAR LA SIRENA
Al marinero que sabe de pesca,
que no le ofrezcan ni cazón, ni bonito
ni merluza o, calamar en su tinta;
-que él prefiere sirena fresca-.
Pero la sirena siempre hay que verla
y admirarla, -siempre con cabeza-;
más importante que el laurel y el azafrán,
para sazonarla con pimienta y sal....
Antes de degustar ricos vinos
y hacerle su justa alabanza;
ya sean blancos secos o aromáticos tintos,
-hay que mirar a los ojos de la sirena-.
Acariciar su cara desolada
limpiar de caracoles su cabello;
y darle un soplo de ilusión en su alma,
-primero que mandarla a la plancha-.
-Sin macerar siquiera, fresca todavía-
aunque esté soplando el cuerno de la gaita gastoreña;
oler su cuello y su cabello, y deletrear en su oído,
la palabra: -percebes, y ver si resucita-.
Y si con todo estos experimentos no responde,
sentirás el desconsuelo de cerrar sus ojos
para siempre y pedir al Chef que se la lleve
y la ponga sobre unas finas sábanas de Holanda.
Que luego con placer y gran apetito de hombre pez,
iras con gusto a degustarla al natural...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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