Fui misterio y fui condena.
Fui calvario y fui cadenas.
Fui naufragio y fui arena.
Fui despojos y fui paciencia.
Fui sentimientos y fui conciencia.
Fui tempestades. Soy transparencia.
En sueños vuelo y soy misterio.
En alas sueño, soy y escribo.
Poeta niño de leyendas, fábulas y cuentos.
Poeta de amor, penas, lluvia y vientos.
Fui piedras y caídas de un solo camino.
Único cautivo de un sufrir perverso.
En un caos sin destino fui inmerso.
Constructor orgulloso de un celoso universo.
Sin embargo. Lo que fui. Me hizo más humano.
Me enseñó la vida. A vivirla.
Con altruismo. Sin sarcasmo.
A creer en Dios. A solidarizarme.
A no hacer daño.
... Lo que soy.
Seré siempre.
Lo saben mis versos.
Se sacian mis manos.
Eduardo N. Romero -Argentina-
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