martes, 24 de julio de 2018
ESPERA
Lágrima elevada, tan alta
que al caer zanjas dejarán
dentro las heridas tempranas
al compás de las lluvias veraniegas
quienes a solas colmaron la ausencia.
Quejas involuntarias derramadas
sin querer en las vertientes dolorosas
de los áridos cauces desolados
los mismos demuelen sedientos cada día
al murmullo y borbotar de las pupilas albas.
Requiebros sin compás
de los caprichos más complejos
que tejían superficiales desventuras
con heridas y arteras lisonjas enigmáticas
desbordándose entre ficciones aristocráticos.
Garúa extraña de ternura
añil y crepuscular llegaste apresurada
a enternecer estas playas silenciosas
con manos breves y de pronto
agitaste la resaca y nada.
Rodando sin pausa, se fueron
todas las piedras reunidas
en el trajín del tiempo de tanto sentir
la dureza cotidiana; ¡cómo! hasta lo inerte
pareciera agotar su paciente espera.
Orlando Ordóñez Santos.
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