A un maltratador…
¡Hoy de nuevo tú!
pesadilla recurrente
de espantos y agonía
¿Cómo sigues matándome?
¿Cómo es que sigo viva?
…ya no estoy
… ya no puedes
¡Es que de pronto regresas!
estirándome los recuerdos
bajo el fuego cerrado
de tus sombras.
¡Es tu legado!
no tener nombre
ni ser hombre.
¡Mi sangre es un charco
de gelatina!
aniquilaste mi sonrisa
rociándome gasolina
en el juicio de tus venganzas.
¡Golpea el martillo de tus ojos fríos!
mis poros son zombies
que no aprenden a morir,
vagan como estatuas
en la punta de mis dedos,
esos que sembraste
acunando tus espinas,
maldad sin objetivo
crueldad degenerativa,
músculo dispuesto al golpe
boca de improperios
anunciando,
los espectros cobardes
en tu condición de lagarto
¡La madrugada me desnuda!
el espejo esconde mil latidos
¡Son otros corazones!
el mío yace desmembrado
en la soledad
de este vacío
¡No soy yo!
es aquella…
mujer culpable
silueta escondida,
duda convencida
de no servir para nada
¡Es tu legado!
no pude con tus maldiciones
¡El ayer retorna!
sus dentelladas son traiciones
supurando cínicas esquelas.
¿Disfrutaste verme arrodillada?
¿Hubo placer en tu delirio?
¡Ya no existes!
¿Cómo es qué quedas?
¡No temo! He muerto
Me siento culpable y no sé de qué
mi tronco deambula
buscando las manos de sus pies,
intentado hallar el sendero
de quienes se han fallado.
¿Podré amar alguna vez?
¿Olvidar y seguir sin tu invisible presencia?
No lo sé…
solo sé que me dejaste
llena de tinta intoxicada
repleta de tanta basura
que apenas puedo respirar
¡Escribo a mi alma!
La madrugada me sorprende
con sus tenues luces inocentes,
destellos de jirones
destruyendo mi presente
¡Escribo a mi alma!
a ese inmenso
agujero,
¡Cicatriz inmortal!
despojo de dolor
que domina.
¡Estoy dañada!
soy un pedazo de brisa
ecuación por resolver
desde esa otra
que despierta
¡Ya no puedes!
Es mi legado.
Scarlet C
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