Partía tu vivir todos los días
entre los primeros chirridos de los muelles sin grasa
recuerdos de un camino humedecido
por canales desbordados
así tú desbordabas tu alma
anegando cuanto cauce se cruzaba
con el tuyo
más grande más hondo más caudaloso
la tenue garúa ponía un ligero sabor al aire
pues el torrente que traías era suficiente
en el caí yo
navegué ladeando tus veras
rodeé con mi humedad
tus humedales
y ya sin saber cuáles eran tus aguas
y cuáles las mías
bajamos en raudales hasta confundirnos entre olas
que majestuosamente nos vienen meciendo
en la oscuridad y en el amanecer
de este mar que somos
Gonzalo Suárez
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