Y los dioses nos miran
amor desde sus cielos de riqueza
las manos nos retiran
y de nuestra cabeza
si se cansa la vida y nos bosteza.
Y los dioses nos miran
y comiendo jamón, fumando puros
la ceniza nos tiran
y nos rompen los muros
y nos condenan nuestros extramuros.
Y los dioses nos miran
con la miel se divierte el mal vicario
y las gentes lo admiran
con su alma de corsario
y roba del difunto el buen sudario.
Los dioses aburridos
se juegan a una sola luz la vida
miradas de bandidos
comienza la partida
la victoria estará mujer reñida.
Carlos Puchelar.
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