martes, 1 de mayo de 2018
EN OBSERVACIÓN
Empezaron por caer
las lluvias de primavera
la frescura que generan,
desarrollan un proceso
conversión del suelo seco
en toda una masa espesa.
Y van brotando de ella
las hierbas que se durmieron
cuando las lluvias cedieron
y la sequía tornó intensa,
cedió la naturaleza
con cambios que se sintieron
mas allá de lo que fueron
tiempos secos de una época.
Y fue en plena madrugada
cuando las gotas caídas
se veían tan cristalinas
cayendo de las alturas,
mientras que la hermosa luna
en las nubes se perdía
y su luz resplandecía
entre el agua y las espumas.
Entre la niebla y la bruma
y todo lo que se movía
lo que en la tierra existía
hasta del aire sus plumas,
noche esa como ninguna
donde magia se exhibía
y la humedad se expandía
en medio de la penumbra.
Cualquier especie nacida
sobre la tierra sagrada
se alegra por la llegada
de las lluvias que cayeran,
lo del aire o de la tierra
o lo que nada en las aguas
hasta la tierra sembrada
y lo que aun no naciera
Lo que hay debajo de ella
y es parte de sus entrañas
la lluvia esta madrugada
después de una sequía intensa,
le dio a la naturaleza
del elixir que esperaba
desde hace una fecha larga
esperando a que lloviera.
En cada gota caída
una reacción se agrega
acciones se complementan
y lo natural escala,
para ser precipitada
se combina con la ciencia
del proceso que condensa
el agua ya evaporada.
Antes de ser derramada
las nubes que se concentran
en el rol de una cadena
de áreas especificadas,
para ser precipitada
sobre la faz de de la tierra
y en donde se complementa
todo lo que Dios creara.
Desde que la lluvia empieza
es querida e implorada
desde que hubo creación,
nos concede la ocasión
de ver sobre la arboleda
el rocío que se queda
en gotas bellas y finas.
Que cuando sale el sol brillan
resaltando la grandeza
que da la naturaleza
con su magia y su esplendor,
y hacen ver que existe Dios
que nada fue coincidencia
que cada cosa fue hecha
con una sola intención.
Ya primavera mojó
se empieza a sentir su esencia
moja también la consciencia
de aquella que se marchó
de esa que un día se alejó
y hace que parezca eterna
esa noche en que se fuera
y la lluvia le acompañó.
Douglas Aurelio Medina Ferreras -República Dominicana-
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