lunes, 2 de abril de 2018

UNA NIÑA PREGONANDO ROSCO BLANCO Y ALFAJORES


Durante el día duermo a la orilla
del manantial fresco del monte,
multitud de mariposas revolotean en las flores
mientras la tórtola arrulla su canción de primavera.

A lo lejos se ve una paloma blanca posada
en la ladera del monte;
que lo corona los pechos de una mocita
tendida sobre el horizonte.

Perspectivas de mi pueblo que entre los pinos
como una gacela se esconde;
de día es un lucero que brilla en la serranía
y cuando sale la luna es el embrujo de la noche.

Pero cuando el ocaso llega
y el rubio se va cantando bajito
por detrás de aquellos montes;
se queda solo el embrujo con la dama de la noche.

En esos rincones morunos una guitarra se oye,
un cante por alegrías que sale de sus balcones;
será la guitarra de Diego
que está componiendo  canciones.

Una morena le reza al Cristo sus oraciones
y una gastoreña con garbo hace sonar sus tacones;
mientras un cante por tientos se oye en aquellos rincones;
una niña pregonando pestiños, rosco blanco y alfajores...

RAFAEL CHACÓN MARTEL

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