¡Oh, gotita de agua! A ti lanzo mis pactos,
a ti en la infinidad tiendo mis brazos
Es la unidad liberar el llanto eterno,
y la duda recelarse con los muertos.
Nada me encaja en esta jaula de cuerdas,
clausurada y creciendo como la yedra
tildada de oveja negra y no hay más suerte
que sublevarse en el interior del vientre.
La gota que hoy me deshago cae al charco,
y dejando atrás el mundo hunde mi barco.
Que se queden los recuerdos bajo tierra,
y que las almas se eximan de materia.
¡Oh, gotita de agua! La fuente de vida,
redúceme a tu tríada prohibida,
y a ellos llénalos de amor, paz y luz,
que usen como yo de la guerra la virtud.
TANIA MATÍAS -Granada-
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