Ver la mirada
de la mujer amada
y entrecerrar los ojos
por querer atraparla,
temiendo abrirlos de nuevo
por temor a perderla.
Se disfruta con plenitud
esa pasión,
esa sensación de dominio
y de posesión.
El amor... anda suelto
Antonio Francisco Rodríguez Alvarado
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