jueves, 19 de abril de 2018
DESPACITO, QUIERO ROCIAR…
¡Despacito, déjame viajar tu cuerpo!,
ilusionarme de tus besos luminosos,
deleitarme, como último- día de vida,
gozar con el esplendor de seducción.
Despacito, despacito, introduciré en ti,
despampanante beldad que hipnotiza,
¡la felicidad borbotea cuando sonríes!,
eres tan dulce, que me has alucinado.
Despacito, despacito, sedúceme amor,
haz que la pasión, sea el límite efusivo,
que tu interioridad, sea el vergel idílico,
broten aromas de odoríficos inciensos.
Despacito, ábreme tu puerta extasiada,
que tu afecto-inunde de bellos pétalos,
me rocíes de ternura- sápidos ósculos,
mires al Cielo y pronuncies mi nombre.
¡Despacito, quiero rociar en tus labios!,
sentir calor de la piel suave de éxtasis,
la tierna dulzura de tus locos-anhelos,
¡rubricar el ímpetu con magnificencia!
¡Suavecito, introducirme en tu vergel!,
ser tu ímpetu pasional- deslumbrante,
el impulso del cariño muy destellante,
¡tu fiel Adán!, radiante de fastuosidad.
¡Besitos- primorosos para derretirme!,
en exaltación de tu bello sensualismo,
rozar con almíbar, ¡tú pulcra esencia!,
ser tu afamado- elegante caballeroso.
¡Enamorado, quiero iluminarme de ti!,
siento decirte: ¡Te amo infinitamente!,
soñé, que eres mi eterna- compañera,
mi bonita princesa de ojos- sensuales.
¡Navegaré con pasión a media noche!,
una noche erotizante, llena de fruición,
incontrolable y llameante de embeleso,
¡inolvidable!, que se sellará con ilusión.
Julio César Portella Medina -Perú-
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