Fiel.
Inexorable.
¡Implacable!
Vieja dama inerte.
Tú ya sabes
que no quiero entretenerte
y aún más claro:
Yo no quiero retenerte.
¿Tú me entiendes,
que tan lejos quiera verte
y que siempre
de tu ejército deserte?
Yo no sé
lo que pudiera parecerte,
sabes bien
que no pretendo pretenderte,
ni hay el lecho
en que pudiera rehacerte...
Vieja dama inerte.
No deseo
con mi gesto enfurecerte,
torpes líneas
que a mi estilo yo te oferté.
Pobres luces,
que en tus sombras
yo te inserté.
Solo es miedo
de saberte y de creerte.
Y si osado es de mi vida
el excederte,
sé que al fin,
cuando se aleje ya mi suerte,
dueña mía,
ya por siempre he de tenerte.
¡Vieja dama inerte!
Jesus Sahuquillo Amoraga (Valencia)
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