Como otras veces
traspasando mi soledad
soy caminante,
viajera de minutos
de ese lento reloj
de segundos silenciosos,
de pasos prestados
huellas lejanas
y lágrimas personales y mías
en el charco de mis llantos.
A veces vivo, a veces muero
acompaño crepúsculos
sonriendo a la aurora.
Sigo tus pisadas,
como la estela de la vía láctea
que tejen entre si
insignificancia los días y las estrellas
como el pliegue de esas horas
que envejezco en el frío y el olvido
desterrada de soledades
donde a veces vivo y a veces muero.
Karla Martin
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