Llenas todo espacio lento, constante, insistente, caen las sílabas de tu nombre cuál cascada, poblada de esta vida nuestra.
Eres motivo y presencia, una hermosa razón para renunciar a mi cordura, te pienso y hay color en mis días y tibieza en las manos.
Se humedecen mis labios, cuando te pienso, tan dispuesto a dejarte amar en este hacer tan nuestro, donde sobran las palabras, porque me amas.
Vives en esta verdad, vestido de indiferencia, andas por ahí, se que lo haces, que en la distancia añoras, que cierras tus ojos míos y desde tu trono me sueñas...
Me sueñas...
Diana Portillo -El Salvador-
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