martes, 27 de marzo de 2018

HISTORIA DE UN MALTRATO


Levantas el brazo como un martillo,
amenaza sangre en rostro inocente,
separas la mirada vehemente,
canción diaria con un triste estribillo,

piensas como hombre macho superior,
que has de domar a golpes a la potra,
no crees en la paridad con la otra,
y sin embargo, tú eres inferior,

aquel día, un golpe más en su cara,
aquel día, sangre de sus entrañas,
humedeció su cuello en tus patrañas,
sus ojos, de la ira de tu palabra,

estaba muerta ya, y no lo sabía,
seguía de pie, haciendo lo normal,
cuidando su prole y todo lo demás,
pero estaba muerta, ¡y no lo sabía!,

en su interior, crecían los demonios,
aliados de tu macho proceder,
restando vida, nada que perder,
y tú, ignorante, creyéndote sabio,

sin embargo, varias semanas después,
ella cae sobre sí misma, inmóvil,
la mirada perdida en aquel abril,
y con el sentido perdido al revés,

estaba muerta ya, y no lo sabía,
macho asesino de corta mirada,
creíste ser superior y eres nada,
la mataste en esa lenta agonía,

y yo, paralizado espectador
de aquel sucio drama fuera de mí,
tan sólo sentí lástima de ti,
pobre ignorante mal tratador.

Angel L. Alonso 

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