domingo, 25 de febrero de 2018

EL REENCUENTRO


Escuché tu silencio,
vi detrás de tu piel,
toqué el bronce de tu sonrisa,
era agua cálida y sensible;
abracé tu suspiro,
era como hierro firme
honesto y genuino,
mis manos chocaron
con tu fuerza a la vez
traspasaban tu delicadeza,
no me equivoqué,
detrás de tu mirada
florecía la vida
y reverdecía la primavera.

Miré tu verdad cuando
cerré mis ojos, palpé
tus heridas cuando
entendí tus lágrimas,
besé tus cicatrices
cuando admiré tu historia,
niña inquieta en cuerpo
de mujer bella, grito
caprichoso en el trinar
del berrinche, fragilidad
acurrucada en la fiereza
de su verdad, piel
transparente presumiendo
con sencillez de reina,
labios embellecidos
por el tiempo,
pretendidos por el viento.

Sentí tus besos
al descubrir tus anhelos,
reconocí en tus labios
mis besos perdidos,
desenterré de tus sueños
recuerdos olvidados,
reviví respirando lo que
aun no ha sido sintiendo
que ya fue; abrazados
sin sentir la piel esperamos
el amanecer, mientras
de la mano caminamos
rumbo al anochecer.

Escuchaste mi voz
y encontraste tus palabras...
Miré tus ojos
y hallé mis silencios...
Sentimos nuestros versos
y descubrimos quienes éramos.

Luis Emilio Tigüilá Robles -Guatemala-

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