El día que la conocí
sobre la hierba sentada
despacio miraba
de un libro sus páginas.
Ese fresco medio día
una princesa, frente a mi tenía
ignorando; que ella sería
la mujer que siempre yo amaría.
Interrumpida, su lectura
con una sonrisa
mis preguntas respondía
con sus cabellos jugaba la brisa.
Iba a este lugar, casi a diario
de ella, me fui enamorando
en la hierba sentada
feliz me estaba esperando
A cuantos les ha pasado
con inesperada suerte
y sin tenerlo en mente
con la mujer de su vida
se encontró un buen día.
Jesús Santana -Panamá-
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