TE AMÉ

Te amé, hasta agotar el último suspiro.
Lo que llamé amor era sólo un espejismo,
sólo el reflejo de ilusas percepciones.
Imaginaciones, sofismas.
Y es que el amor aunque
llega tormentoso, encadenando los sentidos, avasallante y confortante, se transforma en
hastío, o en costumbre.
Te amé con la fuerza de quien se aferra a la vida, asido a la esperanza.
De quién piensa que atrapó su sueño, y no lo disfruta. Te amé, consciente que poco a poco este amor se desvanecía como agua entre los dedos,
desafiando el destino, yendo contra la corriente, persistía,
insistía en mendigarte.

Tarde aprendí, a fuerza de sollozos y desvelos, que todo pasa, que las situaciones van y vienen, que hay amores prestados y otros desplazados,
que mañana sale un nuevo sol.
Y habrá un nuevo te amo.

Mayda Álvarez