En sólo cuestión de segundos,
se nos pone de cabeza el mundo,
tal vez, el diablo andaba suelto...
...transformando en sin sabores...
dulzuras de tiempos viejos.
Quizá fue, un destino ya marcado,
no fue posible evitarlo,
si fue error o fue acertado,
cierto es que no me interesa,
¡regresarme a rescatarlo!
Ni aferramientos, ni apegos,
ni forzar las circunstancias,
conservar bellos recuerdos,
para endulzar las distancias.
No escudriñar los motivos,
sucedió y por algo fue,
aceptaré los designios,
sin torturas, ni porqués.
Maria Ernestina Torres Sánchez -México-
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