miércoles, 3 de enero de 2018

MI MUÑECA ROTA


II

La niña en mi ideal de porcelana
se volvió de acritud oscura
durante los años gastados, lentamente,
sin llantos en los rincones,
cuando los murciélagos me miran a los ojos.

No tengo arrepentimiento
por su puesta en escena
en este umbral de la vida,
aunque, imploro perdón
por sus paisajes desolados
y el vacío de las manos.
Desde entonces y desde ahora,
ya los gorriones no me cantan al oído
con su música de inocencia.

Francisco Miguel López Jiménez

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