Grisáceo andaba el cielo
los olivos parecían caminar
dispersos entre montañas
esperando el frío y el hielo.
Ya el tren no suena su ¡Chu, chu!
casi blanca parece la tierra
triste aflora el paisaje
mientras el tren cabalga sin parar.
Caminos hacia Madrid, desde esta tierra
Andalucía. Jaén ya quedó atrás
tierras de Castilla, áridas y aún secas.
Refugiado en el confortable vagón
recuerdo aquellos trenes de carbón
que con humeantes chimeneas
hacían ¡Chu, Chu! a su pasar.
Francisco Javier Díaz Aguilera
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