martes, 19 de diciembre de 2017

AMIGOS


Seguramente nunca lo pensamos así,
no hacía falta entender nuestras razones.
Podríamos volver a ese sueño profundo
aunque dejar de existir no cambiaría nuestra historia.

La suerte esta echada y el destino como ejecutor, apostados los sueños, las ansias, las ganas obsesivas de querer ser y en las manos yertas la caricia que palpita entre espacios y conciencia.

No se necesita mucho, cuando habitas en otro ser, compartiendo sueños e ilusión, mirando en silencio las luciérnagas extraviadas, sonriendo taciturno cuando cierras tus ojos y te llenas de mí, somos tierra, semilla y este sentir fluyendo hacia todas partes, porque respira libertad...

Libres...

Diana Portillo

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