viernes, 15 de septiembre de 2017
LENGUA A LA VINAGRETA
Cuando la tarde se inclina
el sin trabajo agacha la cabeza
y vuelve sollozando
al occidente.
Morón.
Todas las bocas miran al cielo
pero llueve sólo agua.
Nadie ha visto nada similar a un bocado
porque miran con la boca.
En la ceguera de la hambruna
los ojos titilan como luciérnagas.
Parecen de perro las miradas
que padecen el brillo gástrico del crimen.
“Qué se le va a hacer”
—piensa el sin trabajo—
y el huracán de la humedad le venda el rostro
no más abrir la puerta.
De tanto no oler asado
se le atrofia la pituitaria
y él vacila entre quedarse y salir
que es quedarse afuera.
“Como todas las bocas miran al cielo
llueve sólo agua” —dice—.
Nadie en el cielo ve cómo
también la lengua se atrofia
con el hambre.
Del libro “Poemas del sin trabajo” de EDUARDO MILEO -Argentina-
Compartido por Rolando Revagliatti
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