martes, 5 de septiembre de 2017

AL FILO DE LA VIDA


En la parada del metro las luces parpadeaban con un sombrío ruido metálico. Era demasiado temprano y con el bullicio apenas notó la puñalada que le entraba por el costado. Samuel sintió que
la vida se le escapaba poco a poco tras el vagón que se perdía en la oscuridad del túnel.
Su vida había transcurrido la mitad en la cárcel, la otra mitad en la miseria de los tribunales.
Durante unos segundos intentó recordar a cuantas personas le había arrebatado la vida, no lo recordaba, no sabía leer, ni siquiera contar. De alguna manera siempre había confiado en aquellos que le pagaban por realizar su trabajo. No era una traición.
La sombra de quién fue su asesino continuaba sentada a su lado en la estación desafiándolo con olor a perfume caro y pasta de dientes.
Quizás fue el hermano, la madre o el hijo del último a quién dejo huérfano. Poco le importaba.
Su cabeza derrotada se apoyó en el banco y con una última exhalación se ajustó la gorra hasta cubrirse la cara, mientras sus labios perdían para siempre el color.
Alguien le echó una moneda en la vieja mochila que había quedado tendida en el suelo...

Luis Barriga Villar
Participante en el VI Certamen Microrrelatos Libres Memorial Isabel Muñoz

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