Muy bien pinchas, espina.
acertadamente muerden, pequeñas flechas crueles de la tierra.
Relajado, lento, pesado, sin cuidado
mi pie se apoya en el camino.
Obligado con dureza a la tensión,
cuando las espinas pican,
mi pie se flexiona de dolor,
hasta el salto adelante y corre.
Del libro País oculto de
Karin Boye -Suecia- Traducción Hebert Abimorad
Publicado en Periódico de poesía 99
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