viernes, 25 de agosto de 2017
EL TÓRRIDO ALIENTO...
El tórrido aliento de un órice despierta la montaña,
te despierta con ella y despierta a los viejos leones:
es hora de almorzar.
Todos los días en tu mente habrá un desierto sepultando la calavera de la poesía;
la llevarás contigo al exilio para defenderte de la inclemencia de tu sombra
siempre extendiéndose con movimientos de astros oscuros sobre los senderos.
Tu sombra es el reflejo más antiguo de tu cuerpo.
Pero cada mañana la calavera de la poesía pesará un poco más que ayer.
La arrastrarás hacia la cima de la montaña como una constante de vapor
nublando los sentidos de los cazadores;
una amenaza que el viento cubre de arena y que barres con tu única ala.
Sus cuencas libres empañarán tu interior
y escaparás manchando de sombra un dolor antes temido:
una fiebre que reblandece los picos y tiñe la hierba con moscardones.
A pesar del fracaso no soltarás la cabeza del misterio:
la subirás a la montaña
con el peso de su mandíbula empujándote a los cuernos en manada.
Descansarás con ella en un nido improvisado.
Retozarás con sus cuencas abiertas a la noche.
No te curará la carne, pero al día siguiente será tu casa.
Mónica Ojeda -Ecuador-
Publicado en La Náusea
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